Lola Anglada Sarriera
La
primera mujer ilustradora profesional de la historia de España, según
aseguran los cronistas, nació en Barcelona en 1893. Sus profesores de
dibujo, señalados maestros de la época, como Llaverías, animaron a la
jovencita a seguir el camino de las artes. A los 17 años, Lola, ya
colaboraba con el semanario satírico Cu-Cut, revista famosa por el
asalto que sufrió de oficiales reaccionarios en tiempos de la monarquía
alfonsina. Iniciada primero de la mano de su maestro, poco a poco, Lola
Anglada se fue demostrando una ilustradora excepcional en lucha
permanente con el mundo artístico, que dominado por los hombres relegaba
a la mujer a la ilustración de cuentos infantiles, y también, en cierto
modo, en lucha con la propia familia, que en aquellos años tenía la mala
costumbre de atar cortito a sus vástagos del sexo femenino, y si posible
con pocas alegrías artísticas, totalmente fuera de lugar para una mujer,
para las mentes bienpensantes. Tras un corto viaje a París,
capital fundamental del arte para cualquiera que quisiera ser, Lola,
regresó a Barcelona llena de ideas. De su magín nacen nuevos personajes,
le brotan de las manos hermosos libros infantiles, donde su prosa se
mezcla con su pluma de forma muy agradable y exitosa. Y hasta funda una
revista para niñas. Se hace nacionalista, y en los primeros años de la
II República, Lola ya milita en la Unión Catalanista. Con la llegada de
la guerra colabora con la propaganda nacionalista y republicana, siendo
la autora del famoso cuento "El més petit de tots" confeccionado por
encargo del Comissariat de Propaganda de la Generalitat. Cuando termina
la guerra, la suerte de Lola Anglada cambia radicalmente. Sigue
dibujando y escribiendo en lo que puede, pero el silencio ha caído sobre
las artes plásticas catalanas salvo para los acérrimos y sus comparsas.
Lola se autoexilia al pueblo barcelonés de Tiana, donde siempre veraneó
su familia. En 1974 cede su obra a la Diputació de Barcelona y en 1984
murió silenciosamente en su casa. Todo el mundo señala su afición y su
magnífica colección de muñecas y otras antigüedades.
Lola Anglada no sufrió
prisión, ni sabemos que fuera represaliada de alguna forma. Pero está
aquí porque su carrera quedó truncada, no por la guerra, sino por el
franquismo de ocupación que sufrió no sólo Cataluña, sino toda la España
que se resistió a Franco y sus conmilitones. |